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Movimiento, Actividad Fisica y Juego en el Nivel Inicial - Lic Oscar Incarbone PDF Imprimir E-mail
Lunes, 30 de Noviembre de 2009 20:43

MOVIMIENTO, ACTIVIDAD FÍSICA Y JUEGO

EN EL NIVEL INICIAL

Lic Oscar Incarbone

El Ciclo Inicial es una etapa de vital importancia, se podría afirmar que trascendental, para los niños, los cuales en las tempranas edades demandan, más que nunca, una gran entrega personal de los  docentes quienes, como lo requiere la vocación a la  que se consagraron, deben desplegar todo su caudal de conocimientos y técnicas pedagógicas, aderezándolas con  una gran dosis de ternura y dotándolas de una extraordinaria paciencia.

Es indiscutible que el Jardín de Infantes, como institución, está inmerso en un mundo muy particular. Un mundo lleno de fantasías y de posibilidades de desarrollo, que está presidido por un contexto afectivo profundo, donde la los docentes especializados, merced a su formación específica, logran encontrar, eficientemente, el necesario espacio formativo para llevar a buen destino su labor docente.


 

 

Aquí cada uno de nosotros, con su experiencia y su realidad escolar, enmarcada en su propio contexto social, utilizará las herramientas adecuadas para dar rumbo a esta importante parte de la educación, la Educación Física en el Nivel Inicial.

 

 

EL MOVIMIENTO NUESTRO AGENTE  INSTRUMENTAL OPERATIVO

En nuestra vida casi todo es movimiento, por lo tanto no se lo debe considerar –mediante una definición reduccionista– como una actividad aislada, dado que es un tipo de manifestación que el ser humano proyecta socialmente.

 

En lo que concierne a la etapa evolutiva que tratamos en esta obra, encontraremos a unos niños inmersos en un universo relacional, llenos de actividad, deseoso de conocer y de aprender, teniendo una pulsión interna hacia la actividad física, con una gran demanda afectiva y, en consecuencia, no deberíamos remitirnos al movimiento como una simple propuesta de tipo orgánico y funcional. 

Los niños siempre exploran e intercambian informaciones con el medio y generalmente relacionan estas informaciones con el éxito o el fracaso de sus propias actividades motrices, en tanto que la diversidad de los estímulos les permiten potenciar sus percepciones oculares y acústicas así como sus impresiones táctiles, alcanzando un ajuste de los movimientos y adaptándolos a las exigencias de cada nueva situación y del entorno.

En principio, es muy importante recalcar que los niños son individuos con características especiales, para los cuales el movimiento es un elemento natural de vital importancia en la conquista del medio ambiente así como en la formación de su personalidad.

 

El movimiento  no sólo forma parte indisoluble la personalidad de los niños, sino que constituye su propia esencia, por ello se puede afirmar que:

 

Niños, movimiento y juego, son inseparables.

 

La atención especial de la ejercitación de los movimientos, la facilitación de las habilidades físicas básicas y el juego educativo, constituyen el basamento fundamental sobre el que, a lo largo del Nivel Inicial, se edificarán muchos de los valores que permanecerán como parte constitutiva e  indisoluble de la personalidad de los niños, durante el resto de sus vidas.

 

 

El movimiento es un factor constante en la vida de un/a niñ@ y, por lo tanto,

sumamente importante para un normal desarrollo psicofísico en esta etapa. Manifestándose como una pulsión interna.

 

Es a partir del movimiento, los niños y las niñas en edad  de Nivel Inicial, que tienen la necesidad y la capacidad de moverse, encontrarán otra forma de comunicarse, de expresarse y de socializarse consigo mismos y con los demás.

 

Precisamente es en las clases de Educación Física del Jardín de Infantes donde los niños pueden,  corriendo, saltando, trepando, empujando, rolando, transportando y lanzando, adquirir los rudimentos de las destrezas de movimiento, acordes con sus edades; habilidades  éstas que estimularán su futura y permanente adhesión a la actividad física.

 

Aquel niño que no corre, que no lanza, que no salta, en forma espontánea, seguramente tendrá algún problema psico-físico o de socialización. A través del cuerpo y del movimiento, los niños expresan sus emociones, sus alegrías y sus angustias, muchas veces antes que con las palabras.

 

Los niños pueden experimentar una infinidad de tareas motrices que, en apariencia son simples como ser: transportar objetos, abrocharse el delantal, atarse las zapatillas, sentarse en un determinado lugar, usar elementos de escritura o pintura, subir o bajar escaleras y jugar con sus compañeros en el arenero,  pero lo cierto es que para ellos nada es tan sencillo.

 

Esta situación acontece con frecuencia, especialmente en los primeros años del Nivel Inicial, dado  que evolutivamente, los niños no han completado aún la organización de su motricidad básica y cada uno de sus movimientos le supone un problema motor a resolver y por consecuencia, también se puede afirmar que, la enseñanza de la motricidad se consolida como un fundamento y como una condición ineludible para el adecuado desarrollo físico e intelectual de los niños del Nivel Inicial.

 

De cualquier modo, el movimiento no será único ni estable, evolucionará con el crecimiento y el desarrollo de cada niño, condicionado por el grado de madurez y por las propias experiencias de movimiento que le brinda el medio, la educación y el entorno familiar. En consecuencia, pensamos que:

 

 

Los educadores debemos utilizar al movimiento como uno de los medios de vinculación efectiva y afectiva con los niños

 

Para ello, debemos proponer espacios afectivos y de comunicación que les permitan desarrollar una evolución integral por medio de un aprendizaje armónico, que parta de lo que cada uno trae como experiencia y pensando en lo que necesita y, por sobre todo, respetando la historia personal de cada niño.

 

Por todo lo dicho, proponemos abordar el movimiento desde todos aquellos enfoques que posibiliten una mirada lo más amplia e integral posible. Consideremos que los niños  de por sí, sienten un gran placer por el movimiento mismo, un placer que implica comunicarse y comprender al otro, establecer un contacto –como ellos mismos dicen “jugar con mi amigo”–. Además, necesitan vincularse, interactuar, conectarse con sus pares y con los demás. Siguiendo este ideario podremos guiar un aprendizaje que se desarrolle durante todas sus vidas, un verdadero aprendizaje de encuentro y compromiso afectivo.

 

Por lo tanto, el movimiento en el Nivel Inicial debe ser considerado como:

 

  • Parte de la acción educativa diaria.

 

  • Una verdadera oportunidad para fomentar el aspecto relacional del niño.

 

  • Un generador de alternativas de estimulación en lo táctil, gestual, postural y sensorial.

 

Como consecuencia de esta actitud, el movimiento les permitirá a los niños una mejor integración con el mundo que los rodea y en el cual están inmersos, facilitando su adaptación, su apropiación y su equilibrio.

 

Mediante el movimiento, los niños tratan de adaptarse a las distintas situaciones que se les presentan; por esto, resulta muy importante y efectivo el plantear situaciones y problemas en las clases, ya que los niños, al procurar resolverlos, encontrarán elementos que les ayuden a desarrollarse mejor.

 

Por otra parte, la sociedad actual, a nivel global, cada día se manifiesta más sedentaria, lo que plantea nuevos desafíos en el plano de la salud. Esto bien puede comenzar a corregirse desde el Nivel Inicial, mediante propuestas y estímulos de movimiento creativo, que se sustenten en el placer de la propia acción, en busca de sensaciones placenteras ante los descubrimientos personales y transformadores, que superen lo corporal para conectarse con la interioridad de cada niño.

 

 

APRENDIZAJE Y RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS MOTORES

Es muy importante tener presente que los niños son seres en proceso de formación en todos los aspectos, a los cuales les debemos prestar mucha atención para que se desarrollen y evolucionen normalmente; por lo tanto, la ecuación educación-rendimiento-salud debe estar asociada al desarrollo integral del niño y sustentarse en procesos  pedagógicos progresivos, sistemáticos y variables.

 

En ese sentido, la formación motriz de los niños del Nivel Inicial, como una formidable herramienta educacional, incluye la necesidad de una estimulación racionalmente dirigida en función de su propia iniciativa, de su espontaneidad y de su autonomía.

 

Si bien las condiciones estructurales y las posibilidades de disposición de recursos didácticos, difiere de un Jardín de Infantes a otro, dependiendo principalmente de su ubicación geográfica y del entorno social donde esté emplazado, en la medida de sus posibilidades, el proceso de enseñanza-aprendizaje deberá ser, preferentemente, individualizado.

 

En ese sentido, la activa participación del pensamiento de los niños en la ejercitación de las actividades motrices, es la condición esencial para que, en las edades futuras, el aprendizaje les resulte más calificado.

 

Los estudios especializados y los abordajes psicológicos realizados, concluyen  que el desarrollo motor es considerado; como el proceso de construcción de nuevos programas.

 

Es por ello que las actividades motrices en esta temprana edad no deben ser estandarizadas, repetitivas, ni mecánicas, porque cuando los niños utilizan sus propias capacidades mentales, esas actividades lograrán un mayor índice de eficiencia, induciéndolos hacia una más fecunda creatividad y a su mejor desarrollo y más amplia autonomía.

Si admitimos que, sin la construcción de las habilidades motrices básicas, a los niños les resultaría muy difícil consolidar habilidades más complejas, como las del hábito deportivo, por ejemplo; nuestra posición profesional es rotundamente opuesta a fomentar cualquier entrenamiento intensivo a esas edades tan tempranas, porque tal práctica está diametralmente alejada de las necesidades afectivas, biológicas y psicológicas de esta etapa.

 

FORMAS EFICIENTES  DE PLANTEAR LAS TAREAS CINÉTICAS

 

Como un criterio básico sobre  la enseñanza y el aprendizaje de la Educación Física y para obtener un máximo rendimiento de nuestra actividad de enseñanza  de las destrezas motrices acordes con el es desarrollo evolutivo de nuestros alumnos, es sumamente importante que tengamos en cuenta los siguientes puntos:

Disponer de un nutrido repertorio  de actividades y,

fundamentalmente, seleccionar criteriosamente las que resulten más motivadoras.

Sin  olvidar:

 

  • Procurar que los niños se sorprendan, por que les presentamos propuestas  novedosas que les  provoquen suficiente curiosidad e interés, como para que los estimulen a aprender.
  • Cerciorarse de que lo hayamos planificado para los niños de cada edad responda plenamente a los objetivos y a los contenidos adecuados.

 

Por otra parte, cuando se realice la presentación de cada tarea, deberán tenerse muy en cuenta, las siguientes premisas:

 

  1. a) Siempre decir y/o proponer cuál tarea habrá que hacer, pero nunca revelar a los niños cómo se hace; conservando el misterio, la sorpresa y el interés.

 

  1. b) Siempre emplear un vocabulario sencillo y directo, acorde con el nivel de los niños; para que éstos comprendan rápidamente y sin confusiones.

 

También es muy importante focalizar la significación de las tareas que propongamos, cerciorándonos de que incluyan los siguientes criterios:

 

  • Dinamismo: Que la tarea demande movimiento y consumo de energía. Que implique el trabajo de diferentes partes del cuerpo y de las masas corporales.

 

  • Desafío: Que cada tarea implique la necesidad de vencer un obstáculo, fomentando el sano espíritu de  superación.

 

  • Satisfacción: Que los resultados la tarea permitan a cada niño sentirse logrado y satisfecho, para que todos sientan que son capaces de hacer las cosas bien.

 

EL JUEGO EN EL CONTEXTO EDUCATIVO

 

El juego es una herramienta lúdica y educativa de alta eficacia para acercarse hacia la meta de encontrar y estabilizar beneficios en la salud presente y futura de los niños; dicho esto con un amplio sentido holístico en el enfoque.

 

De hecho, el juego es uno de los recursos o instrumentos didácticos más importantes y más eficaces con que cuentan los docentes de Educación Física en su repertorio de intervención pedagógica.

 

En el Nivel Inicial, el juego conforma un espacio único

en el cual los niños ponen de manifiesto todo su ser.

 

En el contexto educativo, puede afirmarse que los niños jugando, aprenden de sí mismos y de los demás compañeros.

 

Por lo tanto, el juego en el Jardín de Infantes debe constituirse en el gran protagonista de todas las actividades de los niños, desde los juegos motores que exigen gasto de energías, hasta los recreativos que convocan a la incipiente inteligencia y el razonamiento de los pequeños, siempre cuidando de que queden todos incluidos y dentro de un marco de construcción de  valores. Esto último es muy importante, porque inculcar valores y conductas derivadas de esos valores se está convirtiendo en una necesidad social de primer orden.

 

Esto no debería constituir ningún problema en el Nivel Inicial, porque todos los niños adoran jugar y los docentes de Educación Física disponemos  de extensísimos repertorios de juegos activos y pasivos, para días de buen tiempo  y para días de lluvia, como para cubrir todas las necesidades y todas las expectativas. (Al final de este Capítulo 3, encontrarán muestras de lo dicho).

Pero debe quedar claro que jugar no es sinónimo de moverse, ni jugar es equivalente a siempre a educarse. Lo correcto es un buen mix de estos elementos

  

Actividad Motriz +Actitud Lúdica + Educación + Marco de construcción en valores

= Juego Educativo

Por cierto, al hablar del juego como contenido educativo, debemos seriamente resignificar su concepto, para lograr insertarlo en la estructura educativa actual, que le confiere al mundo del Nivel Inicial un nuevo y protagónico espacio. Por lo que, hoy en día, se hace necesario poner en claro el rol del juego dentro del sistema escolar formal, ajustando los aspectos didácticos imperantes. Debemos tener en cuenta que:

 

“No es verdad que jugar necesariamente instruye.

Puede uno instruirse como jugando, pero es una mera analogía”

Leif y Brunelle

 

Para que el juego pueda se considerado como contenido educativo debe contar con los siguientes ingredientes:

 

  • Debe proponer situaciones de aprendizaje que estimulen el ensayo-error y que generen el espacio necesario para el desarrollo de la creatividad.

 

  • Debe guiar el aprendizaje de manera tal, que se estimule la interacción grupal y la participación activa, promoviendo que el grupo ponga de manifiesto todo su potencial motriz, afectivo y psíquico-intelectivo.

 

  • Debe generar acciones participativas, con una meta final focalizada en permitir la realización personal de los niños.

 Debe generar espacios y situaciones significativas, que estimulen el desarrollo total de los niños, mediante la utilización de una amplia variedad de materiales y donde además, se trabaje para construir una comunicación motriz expresiva y para aventar el temor al fracaso, haciendo sentir  a los niños el placer por la actividad física.

 Debe presentar distintas variantes y alternativas de una misma propuesta.

 

  • Debe tener en cuenta la importancia de los aspectos motores, así como los  afectivos, los cognitivos y los sociales

 

REFLEXIONES SOBRE EL JUEGO MOTOR EN EL NIVEL INICIAL

Al referirnos al juego motor, todos comprendemos que, el tránsito de los niños por el Nivel Inicial les permitirá acercarse y comenzar a familiarizarse con saberes y técnicas que perdurarán por el resto de sus vidas y que esos saberes, habilidades y destrezas, deberán serles aproximadas teniendo muy en cuenta sus limitaciones físicas y su incipiente captación cognitiva.

 Por lo tanto, ese tránsito tiene características propias, distintas y diferenciales del resto de la escolaridad infantil, de allí que sus propuestas se destaquen por una constante estimulación sobre la actitud lúdica, el desarrollo de sus cuerpos, el y las posibilidades  de expresión del sentir personal de los niños.

 

Las propuestas lúdico-motrices entonces, deben contener una importante participación activa a nivel corporal, dado que precisamente, las habilidades corporales se acentúan mediante las conductas lúdicas motrices.

Si nos mantenemos firmes en nuestra posición de poner a los niños como principales actores de nuestra actividad docente, será muy adecuado ejercer cierta flexibilidad y permitir su injerencia en todas nuestras propuestas  lúdico-motrices, lo que no es lo mismo que perder el control de la clase o permitir que los niños hagan cualquier cosa. Por ejemplo, debemos:

 

  • Estar seguros de que los niños tengan ganas de jugar.

 

  • Que los juegos que les propongamos no sean “siempre lo mismo”. Los niños deben sentir que están ante algo diferente de lo cotidiano; algo que los motiva, les incita a la curiosidad y los divierte.

 

  • Permitir que los niños propongan cambios, o modificaciones de los principios o finales de juego, siempre y cuando no distorsionen el contenido educativo de los mismos.
  •  
  • Que los juegos sean comoun cuento en acción”, intercalando hábilmente la realidad con la ficción. Que haya fantasía, creación y vértigo, además del obvio componente del movimiento.

  • Que los niños aprendan a respetar reglas, espacios, tiempos y normas, aunque éstas sean mínimas o elementales; para que comiencen a familiarizarse con los tan necesarios valores.

  • Que el juego iguale a todos los integrantes de la clase, los integre y facilite su socialización.

 

Debemos considerar al juego motor como un contenido educativo

y como el generador de una acción educativa, pedagógica

y sistemática.

 

Las diferencias entre juegos pasivos y juegos motores

 

Ejemplo A

Cuando los niños de la sala de  de 5 años trabajan en modelados o pinturas y están dedicados a su creatividad y a su trabajo, nadie se preocupa por cómo están sentados, o si apoyan su cuerpo de una u otra manera; la mayor preocupación puede estar en cómo toman el pincel o el lápiz.

En este primer caso no hablaremos de juego motor, dada su clara intención y acción intelectiva.

 

Ejemplo B

Simultáneamente, otro grupo está en el arenero deslizándose por un tobogán o corriendo velozmente entre los aparatos y, lógicamente, realizando sus cálculos espacio-temporales de la mejor forma posible, acorde con  la disponibilidad de su acervo motor.

En este segundo caso, se manifiesta una nítida intervención biológico-motriz, aunque debemos considerar su acción cognitiva en los cálculos que hemos mencionado. Por eso, debemos considerar que toda acción tiene su respuesta total, pero se distingue claramente que, en cada caso, el acento está puesto en lugares diferentes.

 

DIDÁCTICA DE LOS JUEGOS MOTORES

Al hablar de didáctica de los juegos, pensamos en cómo plantear la propuesta. Tal como lo hemos visto anteriormente, existen varias maneras, a veces tantas como docentes trabajen con un grupo, pero debemos comprender que, en definitiva, el juego en el ámbito escolar está constituido por formas organizadas y todas tienen un determinado grado de complejidad, dado que en ellas aparecen manifestaciones sociales y culturales.

Pese  a que todavía persiste un cierto “mal concepto” sobre el juego educativo y a que algunos educadores que ya han quedado desactualizados, lo equiparan con un tiempo “no educativo”, es de hacer notar que son los propios niños quienes lo reivindican. Son ellos quienes demuestran que lo necesitan. Por eso los verdaderos actores del juego necesitan que los orientemos en las clases, para que el juego forme parte de la enseñanza y del aprendizaje.

La problemática radica, fundamentalmente, en el enfoque que se le dé a la “herramienta juego” y en la forma de intervención pedagógica que se utilice.

Si profundizáramos aún más en este tema, deberíamos analizarlo como un medio de integración y de desarrollo social. No hay dudas de que nuestra sociedad está gestando modelos que estimulan, por sobre todo, a la competencia, por lo que debemos rescatar de nuestras propuestas lúdicas los siguientes conceptos:

 El intercambio y el conocimiento corporal.

 

  • La colaboración y la integración.

 

  • Los momentos de compromiso afectivo.

 

  • EL reconocimiento, con nuestros alumnos, de los contenidos actitudinales.

 Por supuesto que en el Nivel Inicial estos temas pueden resultar redundantes, porque está  en el ideario de todo docente, que la magia del juego no es reemplazable por ninguna otra herramienta educativa,

 Pero, cumplir con los ideales de enseñar juegos motores educativos, sólo será posible si nos proponemos firmemente cumplir las siguientes premisas:

 

  • Al hablar de juego durante las clases, hablar de juego educativo, confiriéndole sentido a ese juego y evitando que los niños sean simplemente objetos. Debemos desterrar la mera consulta a un fichero de juegos, como solución al tema de la organización de una clase.

  • Distanciar la propuesta educativa de la simple diversión, aunque el niño que juega se divierta, ésta es una condición necesaria, pero no suficiente.

 

  • Educar dentro de un modelo que desarrolle la libertad, en relación de dependencia con sus pares.

  • Dar oportunidad a los niños de crear los juegos y de co-construir las propuestas para  que los niños puedan autodescubrirse y hacer frente a sus conflictos.

  • Incluir a la familia, integrando el juego motor dentro del contexto familiar, buscando su revalorización.

 

Debemos entender al juego motor como un espacio integrador, con una conducta de tipo sistémica, donde los alumnos logren expresarse, comunicarse e integrarse, poniendo de manifiesto su disponibilidad motriz total y, de ser posible, apropiarse de nuevas alternativas motrices.

 

 

Comentarios  

 
#1 fernanda 25-04-2013 08:57
:-) muy bueno todod lo que lei y me sirvio para fundamentar proyectos de mi jardin y en especial de mi salita.- gracias
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